Hoy hemos sabido que una operadora de primer nivel, Bell Canada, también llevó a cabo una violación de privacidad de gran calado que afectó a sus usuarios, pero a diferencia de aquella ésta se produjo sin intervención externa, siendo la propia empresa la que actuó por su cuenta y voluntad.
Según la demanda colectiva que ha sido interpuesta contra la empresa canadiense la firma utilizó su programa de publicidad relevante para espiar a los usuarios y analizar el tráfico de los mismos, de forma que pudieron crear un perfil de publicidad independiente y propio para todos ellos.
Esto es malo, pero lo peor es que incluso aquellos que rechazaban la participación en dicho programa fueron analizados y se les creó dicho perfil sin su consentimiento, hechos cuyo conocimiento motivó numerosas quejas a la Comisión Canadiense por la Privacidad y que finalmente ha desembocado en una demanda colectiva.
En el cuerpo de la demanda podemos encontrar datos interesantes y relevantes entre los que destaca especialmente la cifra de 750 millones de dólares que reclaman a Bell Canada a modo de indemnización.
De momento el proceso se encuentra en una fase muy temprana pero viendo visto lo visto parece que la demanda será admitida a trámite, o al menos debería, viendo las bases sobre las que se sustenta.
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